Nací en 1989 y mi infancia estuvo rodeada de productos BIMBO gracias a mi abuelo, quien trabajaba en el departamento de ventas, mi padre me contaba historias donde participaba de manera activa en las aventuras de mi abuelo recorriendo rutas de entregas, historias de terror de las carreteras, pero sobretodo del orgullo que generaba a mi abuelo trabajar en esta empresa.

Como muchos uno de mis productos favoritos eras las donas BIMBO, el sabor era extraordinario, y con un buen vaso de leche frío les puedo decir que era una cena perfecta viendo películas en casa a mis menos de 10 años.

El tiempo trascurrió, crecí y me metí al mundo de los negocios, en este andar, llego un momento de nostalgia y decidí recordar esos tiempos comprándome unas donas BIMBO y mi sorpresa fue que no sabían para nada a ese hermoso recuerdo, un producto completamente bajo en calidad de azúcar, pan e ingredientes. Como buen financiero y mercadólogo compré en distintos lugares y en tiempos distintos para darle la oportunidad de justificar esa mala experiencia quizás generada por un mal lote de producción. Pero incluso aunque visitando otros estados de la república el producto sabía exactamente igual, bien por el tema de estandarizar, pero muy mal en la calidad del producto.

Tengo una empresa que se dedica a la manufactura de productos alimenticios y créanme cuando les digo que sé perfectamente lo que genera de utilidad el reducir 2 gramos una receta. Sé perfectamente lo que los productos llenos de "Tecnología e innovación" en materia de sustitutos puede generar de utilidad. Pero sin lugar a dudas, a pasar de lo rentable que pueda convertirse crear productos llenos de ingredientes imposibles de pronunciar a la primera nunca deberán estar sobre la CALIDAD.

La Calidad es algo DIFÍCIL de describir, pero FÁCIL de distinguir.

Para todos mis queridos seguidores, emprendedores e innovadores, los quiero invitar a que se concienticen del peso que cargan en los hombros al aceptar la responsabilidad de generar Productos y/o Servicios HECHOS EN MÉXICO. Cada vez que un cliente acepa el intercambio etiqueta su satisfacción como algo HECHO EN MÉXICO, y por tal motivo todo lo que lleves al mercado llévalo con esa responsabilidad, la responsabilidad de representar a este País como lo que es, un País lleno de calidad. Porque solo eso hace la verdadera diferenciación de la competencia y genera genuina repetición de compra, pero sobretodo la amada recomendación que te hace subir como espuma y permanecer eternamente en el mercado.